Ante las altas temperaturas:
Los farmacéuticos inciden en la conservación correcta de los medicamentos termolábiles
El calor puede descomponer o desnaturalizar estos medicamentos, afectando así a sus propiedades terapéuticas.
VALÈNCIA (VP). Ante las altas temperaturas propias del verano, el Muy Ilustre Colegio Oficial de Farmacéuticos de Valencia (MICOF) ha incidido en la importancia de conservar los medicamentos termolábiles de forma correcta.
Los medicamentos termolábiles o especialidades farmacéuticas, entre los que se encuentran las vacunas, insulinas, algunos colirios y antibióticos, son aquellos que son susceptibles a temperaturas superiores a 8ºC por lo que, según ha destacado el vicepresidente del MICOF, Juventino Jiménez, “es fundamental conservarlos en nevera entre 2ºC y 8ºC desde su fabricación hasta el momento de su administración para así garantizar el efecto deseado en el paciente, así como su seguridad”.
Por ello, Juventino ha señalado que es “vital” no romper la cadena de frío de estos medicamentos “para mantener su actividad farmacológica de forma óptima e impedir que el calor pueda descomponerlos o desnaturalizarlos; con la consecuente pérdida de las propiedades originales e, incluso, pudiendo afectar a la seguridad de estos”.
Desde la institución colegial recuerdan que cuando los medicamentos termolábiles se exponen a un aumento de temperatura se acelera, en general, el deterioro de los productos, del mismo modo que las bajas temperaturas pueden facilitar el deterioro de algunos materiales plásticos, o la formación de flóculos o gránulos en ciertas vacunas. A este respecto, cabe señalar que el grado de modificación de las propiedades de los medicamentos varía según la temperatura alcanzada y el tiempo de permanencia a la que se exponga la especialidad farmacéutica, una realidad que se acentúa durante el periodo estival como consecuencia de las altas temperaturas registradas.
Una de las principales funciones de los farmacéuticos es la de velar por el correcto almacenamiento de los fármacos, siguiendo las recomendaciones de conservación que aparecen en la caja de cada medicamento. Esto es posible gracias a sistemas de almacenamiento acondicionados -acumuladores de frío, cámaras frigoríficas, etc.- y medidores de temperatura.
Sin embargo, en el momento en que estos medicamentos pasan a manos del paciente, en ellos recae la responsabilidad de conservarlos de forma óptima. En este sentido, desde el MICOF sostienen que es “muy importante” que los pacientes “sigan todas las indicaciones del farmacéutico para conservar correctamente la medicación y evitar que se pierdan sus propiedades tanto fisicoquímicas como farmacológicas”.